casi un siete.

Vale, ¡hacía frio! Yo no quería salir. Ir al centro en Diciembre...pudiendote quedar en casa calentita...además con lo perezosa que soy.
Pero fui, ¿cambió mi vida? Bastante.
Resulta de que estaba demasiado aburrida, cogí el bus y me fui con dos amigas al centro, a nuestra zona, esa zona donde se conoce a taaaaaaanta gente...
Allí estabas tú con tus locuras, con tu sonrisa, con tu felicidad, disfrutando y cantando.
Allí estaba yo, con mi verguenza, mis pocas ganas de nada, sonriendo por el simple hecho de que te tenía en frente y de vez en cuando me mirabas.
La verguenza pudo conmigo, resulta de que ese día terminó y yo no supe nada de ese chico que tanto me gustó...
Redes sociales...¡Benditas redes sociales! Me hizo encontrarte, superar mi verguenza y pasar hoooras y hooooooras hablando contigo.
Hasta que POR FÍN, volvió a ser Viernes. Ese día...sí que no me pensé abrigarme y volver a salir al centro en una tarde de Diciembre.

Por todo, por estar siempre ahi...